20080127

empece a caminar

Caminando sobre el largo camino que me tocaba recorrer deje de ver el camino y comencé a ver esas imágenes de las cuales se formaban mis recuerdos. Hacia tiempo que no me regalaba mí propio tiempo, sin salirme del camino simplemente me detuve, cerré los ojos y tome un profundo respiro. Volteando a mi alrededor vi un árbol grande y robusto, lleno de ramas y con una raíz enorme, me quede viendo fijamente al árbol ya que pocas veces uno se encuentra con esas cosas que lo pueden llegar a sorprender, camine hacia el y lentamente dirigí mi mano hacia el tronco, justo antes de colocar por completo mi mano sobre él, el viento soplo hacia mi, varias voces pasaron por mi cabeza como si me estuvieran rodeando mil voces por todo mi ser, cerré los ojos para concentrarme de lo que estaba pasando y apoye mi mano sobre el tronco para recargarme, aquel desierto por donde iba caminando de pronto se transformo en un bosque, al momento de abrir los ojos, aquel árbol grande y viejo que había visto había revivido por completo, se sentía lleno de vida, estaba frondoso y colorido, lleno de frutos que ni siquiera podría nombrarlos ya que se veía fantásticos.

Pase mi mano por mi cabello para despejar mi cara y aquel camino desértico que atravesaba se había transformado en un camino lleno de rutas y opciones, que al final sin importar la que tomara tendrían algún destino. Antes de retomar mi camino volví a aquel árbol donde me encontraba y recargando la espalda, doblando las piernas empecé a resbalar hasta que me encontré sentado a los pies del árbol abrigado por la sombra que me proveía, cerré los ojos y una música desconocida empezó a nacer, aquellas voces que había aparecido momentos atrás se volvieron a manifestar con cantos, comenzaron a sonar el cantar de las aves, las pisadas de animales… de pronto ya no me encontraba solo, al contrario ya formaba parte de esa vida y dibujando una sonrisa en mi rostro cerré los ojos para poder guardar ese momento dentro de mi.



Al abrir los ojos me encontraba en un lugar donde ya había estado antes, un lugar que conocía pero era diferente, tenía esa sensación ese aroma. Había regresado a mi infancia, de pronto escuche esa voz que me hacia sonreír cada que la escuchaba, rápidamente volteo para ver si en verdad era el, estaba frente a mi d nuevo, otra vez lo podía ver, pero en vez de hacer cualquier cosa me quede inmóvil no pude hacer ni decir nada, simplemente mis ojos se empezaron a humedecer, y mi cuerpo empezó a temblar, de nuevo estaba frente a mi abuelo. Se me quedo viendo como solía hacerlo, ligeramente sonriendo y de pronto rápidamente sentí como si alguien pasara corriendo y me atravesara, esa pequeña persona que iba corriendo hacia el era yo en mi niñez, sentía como se me quebraba el corazón de extrañarlo, de volver a verlo después de todo este tiempo y tener un recuerdo intacto de el, a tal grado que volvía a sentir su aroma acariciar mi nariz, al momento de llevar mi mano hacia mis ojos para poder limpiármelos ya no estaba, de nuevo me encontraba en aquel bosque donde todo había empezado, rápidamente me puse de pie y con todas mis fuerzas grite su nombre PAPOOO!!! Mi cuerpo se derrumbo y caí sobre mis rodillas y apoyando los puños sobre la tierra mi cabeza agachada y mis ojos sin parar de llorar.

Agotado me recosté sobre mi espalda sobre las hojas que se encontraban en el piso con los brazos extendidos, agotado después de haber revivido ese sentimiento que se encontraba atrapado sobre mi, vi al cielo y estaba claro y despejado, como mi alma en ese momento, sentía una paz que recorría mis venas, y pasaban mil recuerdos frente a mi, escuchaba su sabia voz aconsejándome en cada momento, instruyéndome, enseñándome a diferenciar del bien y el mal, recordando cada uno de todos esos recuerdos inolvidables que me había formado, y siempre al final del día después de haber leído un poco antes de dormir, siempre rezábamos juntos y me enseñaba a dar gracias por el maravilloso día que había podido vivir y de esos momentos que había podido disfrutar, al terminar, me recostaba para arroparme y darme mi beso en la frente; volví a sentir ese beso, volví a sentir el momento y de nuevo mi corazón reventó en un llanto. Era algo que después de todo este tiempo no había podido asimilar su partida, pero lo peor es que no había querido asimilar es que ya había crecido y ahora me tocaba poner en practica toda esa enseñanza que había podido adquirir.

Era el momento de pintar el cielo de estrellas, para tomar una y hacerla brillar. Esa estrella podrá transformar todo aquello que conozco e iluminarlo dibujar cada uno de esos recuerdos felices y volver a encender mi corazón y poder cambiar, poder transformarme es eso que soy y que esta esperando salir. Poniéndome de pie y recogiendo mis recuerdos comencé a caminar; ya no estaba siguiendo mi camino, ahora me encontraba dibujando uno distinto, un camino que solo a mi te toca recorrer, un camino que solo yo podía dibujar.

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